lunes, 13 de abril de 2009

Calaveras y diablitos invaden mi corazón.



No se ustedes pero la noche me cae reflexivamente mal

Desde hace tiempo que no puedo dormir

Estoy evaluando la creación

de un nuevo caparazón

 

Ya no siento como hace meses

 

Estoy suspendido en el aire

Mis pulmones están apretados

Es mi corazón el que no quiere latir

Es mi alma que se queja

 

 Es el reloj el que no me deja dormir

 

Ese maldito tic-tac que esta en mi cabeza

Esta obsesión por el tiempo

El dilema de su volumen

La paradoja de su esencia

 

Una pitada mas y se apaga

Es un cigarrito que se deja consumir

Desde su extremo se esfuma en mis manos

Y desde que lo prendí pasaron 20 años.

 

Otra maldita noche que mi cuerpo reposa

En ese estado de debilidad mental

En esa vulnerabilidad total

En esa inconstancia poco heroica.

 

En media hora me voy a dormir

Mañana despierto y leo lo q escribí

Se crea otra noche

Pasa otro día

 

Y me vuelvo a preguntar

Sobre el fin de mis días…

 

¿Es de cobarde preguntarse por su fin?

 

1 comentario:

  1. no es de cobardes, es mas, para muchos de los "intelectuales", es cuando nos preguntamos acerca de esto que nos enfrentamos a lo mas existencial de uno. y el tiempo siempre cuenta, pero.. como diria la mina del cineclub: "lo q importa no es el tiempo, un dia, dos tres, dos decadas, sino lo q hacemos con el lo q cuenta"

    pero igual, me subo a tus debates filosoficos, los reclamos y ansio. con cafe de x medio, mas vale. (si supieras mis ganas de q haga 10 gradooos!)

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